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Y si tropiezas dos veces con la misma piedra se puede decir que no tenias la lección bien aprendida. 

Equivocarse es humano, no admitir los errores y corregirlos, de bobos. 

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Y un día despues de la tormenta, cuando menos piensas sale el sol.

Frenesí.

Tu vives la vida día a día, como sino hubiera mañana. Sin las preocupaciones de como sera tu porvenir, solo te importa ser feliz, disfrutar al máximo, porque como tu bien dices "estás en la edad de hacerlo".

Y no piensas que la juventud se acabara, que los excesos te pasaran factura, que algún día tendrás que madurar y darte de cuenta que la vida no es juego y que el final está escrito, aunque sin fecha.

Pero mientras yo estoy contigo, sin entender tu forma de ver la vida, y intentado seguirte el ritmo...

Solo fue un sueño.

No, no me des las gracias. Dáselas a la vida porque de ella es de quien vas aprender las mejores lecciones. Con la que te vas a dar cuenta de que si caes levantarte es obligatorio para que el resto no te pise. Que ante todo hay que quererse un poco a uno mismo, que debes valorar a todo el que se preocupa por ti...

Y con los años le sumarás importancia a lo que deverdad la tiene, te darás cuenta de que tus problemas no son tan graves como crees, que soñar es bueno y intentar cumplir tus sueños aún es mejor. Porque al fin y al cabo la vida es un constante sueño. 

Cuando 2+2=5

Ellos me aprendieron a mirar a los ojos, a levantarme con el pie derecho, a cantar en la calle, a reirme sin motivo. A tener siempre la mirada en mis objetivos, a que no siempre puedo llegar a ellos por el camino más corto. Ellos son parte de lo que soy, una pieza fundamental...

Y gracias a ellos me di cuenta de que los amigos están para levantarte de tus caídas y no juzgarte por ello. De que la gente que critica es débil, e intenta sentirme mejor jodiendo a los demás. A que no debe importa lo que digan de ti, porque si te importa solo serás un mediocre más.

B.

Increíble, sorprendente, inolvidable, imprescindible.... Quién es? Pues la mejor de todas.  

B.

En el 3ºB de la calle 7.

Recuerdo el último concierto, en el que vibramos con la música de unos plenos desconocidos. El cine de calle en el parque de enfrente, los karaokes improvisados, las tardes estudiando para septiembre. Las largas caminatas en bici con el fin de encontrar el sitio, si, el sitio perfecto para pasar las tardes de calor a orillas del río. Las quedadas de viernes a domingo, el despertador de la una en punto, los desayunos de las tres de la tarde, el sonido del timbre a media noche. Las cenas improvisadas, las noches caminando sin rumbo por las calles, la canción de siempre, la misma que escuchamos y cantamos una y otra vez y hoy retumba en mi cabeza.

Y su nombre se escucha por las calles...

Él es una razón mas por la cual levantarse por las mañanas. El que te da las buenas noches los sabados y los buenos días los domingos. El que siempre está ahí para todo, con el que realmente puedes contar. Las palabras se quedan cortas para definirlo. No es la perfección pero se le aproxima lo suficiente para ser imprecindible todos los días. Él es el que deja todos sus planes de lado y se ocupa solo de  alegrarte el día. Él es un motivo mas para sonreir, una razón mas para ser feliz.